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Propuesta de valor del candidato: ¿cómo ha cambiado desde 2020

Una cosa que ha cambiado significativamente en los últimos dos años es el tipo de habilidades que aumentan el valor neto de un candidato cuando intenta conseguir un trabajo.

Las habilidades estándar y los antecedentes no son completamente diferentes de los que existían antes de la pandemia, pero la naturaleza cambiante del entorno de trabajo (es decir, remoto, híbrido, etc.) y los valores cambiantes del trabajo (es decir, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal) han cambiado las cosas. Las habilidades blandas , específicamente, han ganado valor para los empleadores en los últimos años.

DIY en aumento

En 2020, más de la mitad de las empresas (54,2%) valoraron una mentalidad automotivada o emprendedora a la hora de contratar.

Ese número ha aumentado significativamente hasta el 69 % ahora, lo que significa que a siete de cada 10 empresas realmente les gusta ver a sus trabajadores tomar la iniciativa sin necesidad de orientación o incluso motivación de sus gerentes.

Un subidón de creatividad

Otro cambio dramático es cómo los empleadores valoran la creatividad y la innovación en sus equipos. En 2020, el 27,8% consideró que era un rasgo valioso al evaluar a un candidato; ese número casi se duplicó al 52,8%.

Creciente sed de conocimiento.

Una vez más, en el mismo tema de ser creativo y emprendedor, crece la importancia de la voluntad de crecer/aprender en un rol. Los empleadores valoran esto más ahora (38,2 %) que en 2020 (30,6 %).

Esto dice mucho de la creciente tendencia de aprendizaje y desarrollo como parte de un paquete de compensación general. Si los trabajadores muestran que tienen ganas de crecer, a los empleadores les encanta.

¿Adaptable y resistente? Meh

En sentido contrario, curiosamente, están la adaptabilidad y la resiliencia (hasta el 52,6 % desde el 67,4 %) y la capacidad de operar en la ambigüedad (22,3 %, desde el 26,1 %).

¿Qué nos dice todo esto?

El mundo laboral en general es más impredecible y cambia constantemente de lo que era antes de la pandemia y, en consecuencia, las empresas deben ser más ágiles para sobrevivir y prosperar.

Y ahora que los empleadores operan en un entorno ágil como regla y no como excepción, necesitan que los empleados sean más creativos y estén dispuestos a aprender para mantenerse relevantes y competitivos.

Pero después de dos años y medio en este entorno laboral, los empleadores han desarrollado las mejores prácticas de gestión y están identificando lo que funciona mejor en este nuevo mundo laboral. Ya no asignan a sus equipos la responsabilidad de conducir de noche sin la orientación y el liderazgo necesarios, sino que, al mismo tiempo, brindan la información suficiente para que prosperen los emprendedores.

En última instancia, con lo remoto/híbrido convirtiéndose en la norma en lugar de una excepción temporal, la estrategia y la planificación vuelven a estar sobre la mesa, lo que requiere un liderazgo más estricto y objetivos más claros. Pero, de nuevo, en ese nuevo entorno de trabajo habrá lagunas en las que un empleado trabaje desde casa tres días a la semana y deba determinar su propio horario y objetivos para alinearse con los de su equipo.

En resumen: una mentalidad de iniciativa propia sigue siendo valiosa mientras que volar de noche no es tan necesario. Es una diferencia muy matizada.